Somos una organización independiente y pluralista cuyo objetivo es impulsar la democracia global promoviendo la existencia de instituciones democráticas a nivel regional, continental y mundial, ya sea a través de la reforma de las organizaciones existentes o mediante la creación de otras nuevas. 

La globalización no es un concepto vacío, el proceso de interconexión mundial y ampliación de escalas geográficas es real, concreto y tiene enormes consecuencias en la vida de todos, tengamos o no conciencia de ello. Pero la globalización tampoco es un fenómeno sincrónico ni uniforme.

En efecto, la producción científico-tecnológica y las actividades financieras han sido los principales motores de un proceso que se ha expandido por todo el planeta de manera desigual y ha afectado de manera muy diferente a los diversos sistemas sociales.

La política no ha sabido tener el paso de los enormes cambios provocados por el desarrollo tecnoeconómico y lo ha pagado en términos de eficiencia y prestigio. Para decirlo con palabras de George Monbiot: todo ha sido globalizado, menos la democracia. Este desbalance fundamental ha causado un desequilibrio de poder entre una tecno-economía globalizada y un sistema político nacionalmente-centrado que opera a través de instituciones territoriales de tipo nacional e internacional. He aquí una primera razón para globalizar la democracia. He aquí la segunda: el cambio climático, los genocidios y delitos de lesa humanidad, el terrorismo internacional, el tráfico de personas, las guerras e invasiones, las pestes y epidemias y las debacles financieras ya no respetan las fronteras nacionales.

Los problemas del mundo actual como la crisis económica, ecológica, demográfica, la pérdida de control -por parte de los estados nacionales- de la tecnología y del monopolio de la violencia a gran escala, no pueden resolverse únicamente con instancias de representación nacional. Los problemas y crisis globales requieren soluciones globales.

¿Qué ámbito de representación política está actuando hoy en defensa de los bienes comunes de la humanidad y en defensa de los intereses comunes de todos los seres humanos? ¿En qué lugar los habitantes del planeta se convierten en ciudadanos del mundo y a través de sus representantes discuten y deciden sobre crisis globales que ya no admiten una respuesta nacional? ¿Cómo llegar a soluciones racionales y democráticas globales si el orden internacional se caracteriza por su elitismo, su opacidad, su falta de responsabilidad y su ineficiencia?

Por todo esto, nace Democracia Global, sumando a todos aquellos que han comprendido que en un mundo global los márgenes de acción de las democracias nacionales serán cada vez más restringidos si no se funda un orden político mundial más justo y democrático; un orden político mundial basado en los principios y prácticas de una verdadera democracia global.